La premisa ‘‘ningún lugar como el hogar’’ cobra fuerza cuando nos sentimos a gusto en nuestro espacio y siempre queremos estar ahí. Pero esa sensación de protección y bienestar, que son únicas, solo la alcanzamos cuando hemos dotado a nuestra sala, cocina, baños, etc. de personalidad.
¿Cómo logramos esto? A través de la creatividad y el buen gusto que aporta la decoración de interiores. Esta rama del diseño nos ayuda a hacer los espacios más nuestros y llenos de vitalidad.
Conoce un poco más acerca de la decoración de interiores y cómo esta se ha posicionado en muchos hogares.
¿Cuál es la función del decorador?
Este profesional tiene la responsabilidad de lograr un diseño funcional en el que se combinen la utilidad de cada espacio y se aprovechen muy bien cada uno de los recursos disponibles. Éste combinará formas y colores para crear una estética agradable que vaya en sintonía con la personalidad del cliente que ha contratado sus servicios.
Su objetivo para la decoración de nuestro hogar, estará dirigido por tres vertientes: confort, aspecto funcional y la estética. Por ello, debe manejar con propiedad variables como: formas, colores, texturas, equipos, iluminación, papel tapiz, alfombras, tipos de cortinas, el mobiliario más apropiado, combinación de colores, accesorios para la iluminación que se fusionarán según las necesidades del cliente, de la mano del sello personal del decorador.
El profesional debe planificar cómo va a quedar el espacio y presentar un proyecto basado en las necesidades, preferencias, utilidad de la estancia y el presupuesto con el que cuenta la persona que contrate sus servicios.
Presentado el proyecto y su respectivo presupuesto, el cliente lo aprueba. Ahí comienza la magia de cambiar todo el espacio. A su vez, el decorador se encarga de subcontratar la fabricación de cortinas, alfombras, muebles, tapicería, todo lo que tenga madera (carpintería), tabiques, elementos de decoración, personas que se encarguen de pintar las paredes, instalación del suelo, en fin, todo lo que el cliente solicitó.
Ofertas disponibles
Hay tres tipos de decoradores: los particulares, los que trabajan para una empresa y algunos que laboran con asesoría vía web.
Los decoradores particulares suelen prestar un servicio más amplio y personalizado. El pago de sus servicios está basado en las necesidades del cliente, ya que pueden cobrar solo sus servicios y que el cliente se encargue de todas las compras o que el decorador preste un servicio con compras incluidas.
Algunos cobran por horas y otros lo hacen basados en un porcentaje del costo del presupuesto de los cambios realizados.
Ciertas compañías cuentan con un amplio staff de decoradores de interior. En ocasiones, no hay empatía entre el cliente y el profesional desde un primer contacto; por ello, la empresa tiene varios para poder hacer el trabajo.
Hay empresas de decoración que ofrecen de todo: desde el servicio profesional hasta el mobiliario. Éstas tienen un amplio inventario de pinturas, telas, materiales, etc. con el fin de hacerle la vida más fácil al cliente, además de ofrecer un servicio de calidad, pero también económico (tienen una excelente relación calidad – precio). Asimismo, cuentan con profesionales de diferentes ramas que trabajarán mano a mano con el decorador.
En definitiva, contratar a un decorador de interiores es una inversión bien importante, porque después de todo, ‘‘la primera impresión es lo que cuenta’’ y aunque nos queremos sentir a gusto con nuestro espacio, no nos va a gustar dejar una mala impresión en nuestros familiares e invitados cuando nos visiten. ¿A quién no le gustaría recibir una palmada en la espalda y que nos digan qué lindo hogar tenemos?